-Alien-de Ridley Scott
Los que me conocen saben lo que siento por Ridley Scott. Si Dios se disfrazó de Michael Jordan para jugar al baloncesto, cuando se aburre se disfraza de Ridley Scott y se pone a hacer unas películas.
Ridley, como los grandes cineastas, siempre ha sido ninguneado por la academia de cine americana y para los críticos de cine (extraña profesión) es de buen tono criticarlo, pero es curioso que cuando se habla de las mejores pelis de algún genero siempre hay una de Ridley Scott, ¿por qué será?
La ciencia ficción no se puede entender sin Alien ni Blade Runner. Alien creó un género y puso un listón tan alto que, excepto en raras ocasiones, los monstruos alienígenas no son más que burdas imitaciones de Alien.
La película nos planteaba un mundo de viajes industriales galácticos, enormes naves, seres sintéticos e imponentes inteligencias artificiales. Sin embargo, todo ello no sirve de nada ante la magnitud de un ser perfecto, pura esencia de supervivencia que no necesita de tecnología para ser un ser superior.
Pero, ¿qué es la ciencia ficción sin sus naves espaciales? Hemos hablado del Discovery, pero el Nostromo es la nave por antonomasia, una catedral espacial, y el Narcisus la nave que aterriza en el planeta, tiene un diseño brillante. Como dato curioso, a los amantes de Joseph Conrad el autor de “En el corazón de las tinieblas”, Ridley Scott tiene una pasión con él, su primera película fue la adaptación de uno de sus clásicos, “los duelistas” y Nostromo es el capitán y héroe de la novela del mismo nombre. Por cierto, la ciudad portuaria donde transcurre la historia se llama Sulaco, ¿os suena el nombre?
Alien es una película de culto no sólo por sus mensajes sino por sus creadores, en pocas ocasiones hemos tenido la suerte de ver una obra creada por semejantes artistas. Ridley Scott en estado puro, O´Bannon trabajando en el guión, Giger creando una criatura perfecta, Moebius colaborando en el diseño, Jerry Goldsmith haciendo una Banda Sonora que pasará a la historia, en fin… ¿alguien da más?
Pues sí, Blade Runner de Ridley Scott.
Partiendo de que el libro de Philip K. Dick era una obra densa y compleja que nos asaltaba con una psicología del ser humano y de la sociedad completamente abrumadoras, la película recogía la esencia y le daba otro enfoque, creando un icono del Ciber Punk . El acierto fue envolver la historia en una ambiente retro y con un trasfondo de cine policiaco al más puro estilo Raymond Chandler. Lo que más impacta de los mensajes de Blade Runner es ¿podemos jugar a ser Dios? ¿Realmente la tecnología puede evolucionar hasta crear seres vivos? ¿Cómo definimos la vida? ¿Acaso los replicantes no son seres vivos?, no son humanos pero están vivos. Sin entrar en la discusión de si Deckard es o no un replicante (para mí no lo es), la película plantea una inquietante pregunta ¿ese es el futuro que no espera? Una sociedad tecnócrata pero despegada de sus creencias culturales, una sociedad que ha perdido su significado de individualismo en pos de una tecnología que crea seres vivos perfectos.
Como las grandes películas de Ridley Scott, la cinta suda, es difícil de respirar, el ambiente es tan opresivo que te atrapa, claustrofóbico y atractivo. Parece un lugar irreal pero si alguien va a China y se mete en sus mercados nocturnos fuera de los circuitos turísticos podrá ver que esa es la vida que nos espera. Un caos tecnológico donde todo funciona y donde no somos más que seres colectivos. Hay varios libros que hablan sobre la sociedad de Blade Runner. Una de las teorías que más me ha gustado es la de una sociedad que ha matado a Dios y que tiene que llenar ese vacío creando una nueva vida.
Blade Runner es esencia pura, tanto visual como transcendental, mención especial a una Banda Sonora que supo plantear ese ambiente y crear una melodía que todo el mundo puede reconocer fácilmente. Vangelis sin duda hizo uno de sus mejores trabajos.
El trabajo de guión que hicieron Hampton Fancher y David Webb Peoples está considerado como uno de los mejores ejercicios de diálogos de la historia. Cada frase de Blade Runner se puede analizar y disfrutar como pequeñas novelas. Ya sé que es un tópico pero creo que pocas frases se han grabado en la memoria colectiva como la de Roy Batty antes de morir:
“I've seen things you people wouldn't believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I watched c-beams ... glitter in the dark near Tanhauser Gate. All those ... moments will be lost ... in time, like tears ... in rain. Time ... to die.”
Y ya que hablamos de naves, el coche de policía de Blade Runner, el spinner, es un clásico de la ciencia ficción.
Partiendo de que el libro de Philip K. Dick era una obra densa y compleja que nos asaltaba con una psicología del ser humano y de la sociedad completamente abrumadoras, la película recogía la esencia y le daba otro enfoque, creando un icono del Ciber Punk . El acierto fue envolver la historia en una ambiente retro y con un trasfondo de cine policiaco al más puro estilo Raymond Chandler. Lo que más impacta de los mensajes de Blade Runner es ¿podemos jugar a ser Dios? ¿Realmente la tecnología puede evolucionar hasta crear seres vivos? ¿Cómo definimos la vida? ¿Acaso los replicantes no son seres vivos?, no son humanos pero están vivos. Sin entrar en la discusión de si Deckard es o no un replicante (para mí no lo es), la película plantea una inquietante pregunta ¿ese es el futuro que no espera? Una sociedad tecnócrata pero despegada de sus creencias culturales, una sociedad que ha perdido su significado de individualismo en pos de una tecnología que crea seres vivos perfectos.
Como las grandes películas de Ridley Scott, la cinta suda, es difícil de respirar, el ambiente es tan opresivo que te atrapa, claustrofóbico y atractivo. Parece un lugar irreal pero si alguien va a China y se mete en sus mercados nocturnos fuera de los circuitos turísticos podrá ver que esa es la vida que nos espera. Un caos tecnológico donde todo funciona y donde no somos más que seres colectivos. Hay varios libros que hablan sobre la sociedad de Blade Runner. Una de las teorías que más me ha gustado es la de una sociedad que ha matado a Dios y que tiene que llenar ese vacío creando una nueva vida.
Blade Runner es esencia pura, tanto visual como transcendental, mención especial a una Banda Sonora que supo plantear ese ambiente y crear una melodía que todo el mundo puede reconocer fácilmente. Vangelis sin duda hizo uno de sus mejores trabajos.
El trabajo de guión que hicieron Hampton Fancher y David Webb Peoples está considerado como uno de los mejores ejercicios de diálogos de la historia. Cada frase de Blade Runner se puede analizar y disfrutar como pequeñas novelas. Ya sé que es un tópico pero creo que pocas frases se han grabado en la memoria colectiva como la de Roy Batty antes de morir:
“I've seen things you people wouldn't believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I watched c-beams ... glitter in the dark near Tanhauser Gate. All those ... moments will be lost ... in time, like tears ... in rain. Time ... to die.”
Y ya que hablamos de naves, el coche de policía de Blade Runner, el spinner, es un clásico de la ciencia ficción.
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-Gattaca de Andrew Niccol-
Una película redonda, por estética, por los actores, por la trama, por el ritmo y por una Banda Sonora que me ha regalado unos momentos maravillosos, compuesta por Michael Nyman.
En un mundo tecnificado donde el genoma humano es controlado y moldeado completamente, donde las personas que nacen naturalmente no tienen oportunidades contra una sociedad perfectamente encuadrada y clasificada por sus genes. Todo esto cada día parece más cercano y con la vigilancia extrema a la que estamos llegando no es de extrañar que el próximo paso sea controlar nuestra vida a través del ADN.
Pero lo que nos propone la película es que el ser humano no es controlable. Si hay algo que tiene de fantástico el ser humano, y por eso somos lo que somos, es nuestro afán de superarnos, nuestras ilusiones y nuestra fuerza que nos hace superar todos los impedimentos, como hacía el protagonista de la película, Ethan Hawke, para contrarrestar haber nacido naturalmente y no tener un ADN perfecto.
Y aún nos queda más películas y series que escribiré en otro post. Pero adelanto que si hay una nave que me haya cautivado de la ciencia ficción moderna esa es Galáctica estrella de combate. A lo que solo me queda decir, o mejor dicho gritar: ¡Starbuck! Starbuck!
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