ELIZABETH TAYLOR
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Elizabeth Rosemond Taylor (n. Londres, 27 de febrero de 1932) es una famosa actriz inglesa ganadora de dos premios Oscar. Reconocida por su espectacular y deslumbrante belleza y actuación en películas como Cleopatra o ¿Quién teme a Virginia Woolf?, es también sumamente popular por su tormentosa vida privada, por su pasión por las joyas, y por poseer los ojos de color violeta, algo único en Hollywood y extremadamente raro en el mundo.
Elizabeth Taylor, cuyo nombre completo es Elizabeth Rosemond Taylor, es hija de emigrantes estadounidenses en el Reino Unido, con los que regresó a América poco antes de la Segunda Guerra Mundial. Su padre era mercante de arte y su madre una actriz retirada.
Tras participar en varias comedias de escasa calidad, se hizo famosa a la edad de 12 años con la película National Velvet (1944), sobre un caballo de carreras. Era una estrella ya en la adolescencia; con 14 años rodó El coraje de Lassie, y poco después una versión de Mujercitas. Su siguiente gran éxito sería El padre de la novia (1950).
Durante las décadas de 1950 y 1960 se convirtió en una de las mayores estrellas del firmamento de Hollywood gracias a su presencia en títulos tan significativos como Gigante (1956), junto a Rock Hudson, de quien se hizo muy amiga; La gata sobre el tejado de zinc (1958), al lado de Paul Newman; Suddenly, Last Summer (De repente el último verano) (1959), junto a Montgomery Clift (con quien mantuvo una fuerte amistad hasta la muerte del actor en 1966) y Katharine Hepburn; Una Mujer Marcada (1960) y por la que se llevaría su primer Oscar como mejor actriz, y la película más cara en la historia del cine, Cleopatra (1963).
Por esta película, Elizabeth Taylor fue la primera actriz que cobraba la -para entonces astronómica- suma de un millón de dólares. Sin embargo, varias peripecias la llevaron a superar su propio récord: los múltiples retrasos y contratiempos del rodaje, y un porcentaje de la taquilla contemplado en su contrato, motivaron que ella terminase cobrando su sueldo multiplicado por siete. Fue en el rodaje de esta película donde conoció a Richard Burton.
Liz Taylor supo explotar con maestría su turbador e innegable atractivo sexual y dio que hablar a través de sus romances polémicos (incluso el mismo Vaticano la acusó de «vagar erótico», frase que inundó los titulares de todo el mundo), aunque algunas fuentes la describen como bastante convencional en el amor: dicen que, si se casó ocho veces, fue porque no era proclive a aventuras fugaces y quería formalizar cada nueva relación con una boda.
Tan famosa por su carrera cinematográfica como por su vida sentimental, Liz Taylor ha sido objeto de la prensa rosa por sus constantes divorcios y matrimonios y por sus problemas de salud: consumo excesivo de alcohol, una lesión de columna que ha requerido diversas operaciones y un tumor cerebral. Desde hace años acude a actos públicos en silla de ruedas.
Ha recibido dos premios Oscar: por Una mujer marcada (1960) y por ¿Quién teme a Virginia Woolf? (1966), además de tres nominaciones más, todas ellas en la categoría de mejor actriz principal. Su primera nominación fue por la película El árbol de la vida en 1957 y estuvo nominada los siguientes tres años, hasta que en 1960 se lo concedieron. Tiene por tanto el récord de cuatro nominaciones en años consecutivos, como el actor Marlon Brando.
A partir de mediados de la década de 1960 su participación en el cine va perdiendo pujanza, aunque aún tiene ocasión de intervenir en varias películas de cierto relieve, como Reflejos en un ojo dorado, ¿Quién teme a Virginia Woolf? (de la que se dice es su mejor interpretación, al lado de su marido Richard Burton y por la que recibió su segundo Premio de la Academia), El pájaro azul (1976), superproducción que se salda en fiasco comercial, y El espejo roto (1980). En la década de los 80 limita su actividad a la televisión; en 1986 participó en Norte y Sur y se dice que cobró el equivalente a 60 millones de pesetas de la época por unos minutos de aparición. En 1994 volvió al cine con un cameo en Los Picapiedra.
Célebre también por sus labores humanitarias en la lucha contra el SIDA desde la muerte de su amigo Rock Hudson, colabora desde hace años con una sociedad dedicada a la lucha y la investigación de esta grave síndrome.
Fue por este motivo galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1992. Además ese mismo año participó en el concierto en tributo a Freddie Mercury, hablando acerca de la prevención necesaria para combatir el SIDA.
Matrimonios
Elizabeth Taylor debe parte de su notoriedad mundana a sus múltiples matrimonios, en lo que rivaliza con Zsa Zsa Gabor. Aunque tal sucesión de bodas dio pie a chistes y comentarios sobre la voracidad sexual de la Taylor, allegados de la actriz afirman que en realidad era es muy convencional y que «se casó tantas veces, porque tiene una rara costumbre: se casa con todos con los que se acuesta».
A los 18 años contrajo matrimonio con Conrad Nicholas Hilton, con quién estaría casada sólo un año.
Su segundo matrimonio fue a los 20 años, con el actor británico Michael Wilding, con quien tuvo dos hijos. A los 24 años ya estaba separada nuevamente.
Su tercer matrimonio fue con el productor de cine Mike Todd, quien un año después moriría en un accidente aéreo (1958). Con Mike tuvo a su tercera hija.
Después de un periodo de tan sólo 6 meses de viudez, conoció, en 1959, al mejor amigo de Mike Todd, el cantante Eddie Fisher, casado por entonces con su mejor amiga Debbie Reynolds. Contraerían matrimonio en medio de uno de los escándalos más sonados de la época. Fue la roba-maridos más famosa de aquellos tiempos.
En 1962, en la filmación de Cleopatra, conoció al actor Richard Burton, quien sería su gran amor, con quien se casaría y se divorciaría en dos ocasiones y con el que adoptaría a su cuarta hija. Sus constantes discusiones, su carácter borrascoso y sus polémicas relaciones fueron la causa de grandes escándalos, los más grandes de los que se tenga conocimiento. Ríos de tinta corrieron desde el inicio de la publicitada película, hasta su divorcio en 1974, su reconciliación en 1975 y su nuevo divorcio en 1976. Burton la agasajó con fastuosas joyas, como la perla La Peregrina, que antaño perteneció a Felipe II y fue reproducida por Velázquez. Cuando esta joya salió a la venta y la compró Richard Burton, desde España se intentó entorpecer la operación, afirmando que era falsa. Pero es sin duda más famoso el diamante Taylor-Burton de 69 quilates, comprado en 1969 por 1.2 millones de dólares.
Su sexto matrimonio fue con el senador John W. Warner, con quien tuvo un matrimonio infeliz que la llevó al alcoholismo. Elizabeth estuvo a punto de casarse con un abogado mexicano, Víctor Luna, quien desapareció días antes de asistir al registro civil.
Finalmente, se casaría con Larry Fortensky, un obrero de la construcción, de quien finalmente se divorció en 1996.
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